Datos, digital, redes sociales, sociedad

La obsesión por ser diferente

Artículo Data & AI

La era digital y dataísta

Vivimos en un mundo en el que la búsqueda de nuestra propia identidad y singularidad —ser diferentes— parece haberse convertido en una obsesión. Las redes sociales, ese reflejo de nuestras vidas en línea, están experimentando un notable cambio en cuanto al tono y al enfoque. Ahora percibimos una ansiedad generalizada por destacar, por ser distintos entre la multitud. 
 
En este mundo interconectado, en el que la individualidad se convierte en moneda de cambio, la cuestión fundamental es si necesitamos sentirnos distintos y especiales, y qué valor otorgamos a la distinción en un entorno donde todos buscamos brillar y destacar. 
 
En el ámbito de la consultoría y el marketing se nos insta constantemente a marcar tendencia y diferenciarnos para ganar una ventaja competitiva. Pero ¿es esta la única vía hacia el éxito? ¿Es imperativo crear una «propuesta de valor» única para lograr nuestros objetivos comerciales y de marca?  

Para abordar estas cuestiones es esencial comenzar por definir qué significa ser diferente y qué implica ser considerado normal en una sociedad que se empeña en categorizar y etiquetar a sus miembros. 

La perspectiva de lo normal y de lo diferente

La normalidad, una construcción destinada a establecer normas que rigen nuestra convivencia, se convierte en un criterio para discernir entre lo correcto y lo incorrecto, lo moral y lo inmoral. Sin embargo, esta misma noción de normalidad también se emplea para marginar a aquellos que no encajan en los patrones mayoritarios, etiquetándolos como anormales, extraños o simplemente diferentes. 
 
En nuestra sociedad, el temor al «otro», a lo desconocido, a menudo eclipsa la aceptación de la diferencia. En lugar de valorarla por su potencial enriquecedor, la diferencia se convierte en un medio para definirnos y etiquetarnos, o incluso para discriminar entre nosotros. Pero ¿quién tiene el poder de definir lo que es normal? La perspectiva de «lo normal» se convierte en hegemónica cuando un grupo particular obtiene el poder para imponer sus normas y valores a través de la cultura, la información y, en ocasiones, la coacción. 

La perspectiva de «lo normal» se convierte en hegemónica cuando un grupo particular obtiene el poder para imponer sus normas y valores

Pero es fundamental recordar que la definición de normalidad varía según las culturas y las generaciones. En un mundo marcado por la incertidumbre y la influencia de nuevas variables, la noción de «normalidad» podría estar perdiendo relevancia. Considerarla como un modelo a seguir implica acercarnos a una media, donde lo que tenemos en común prevalece sobre las diferencias individuales. Pero ¿y si invertimos esta perspectiva? ¿Qué sucede si reconocemos que todos somos diferentes, pero compartimos algunos puntos en común? 

En última instancia, buscamos un equilibrio entre nuestra individualidad y la necesidad de encajar en la sociedad. Cada ser humano es único y requiere expresar su identidad personal para afirmarse a sí mismo. No obstante, también anhelamos formar parte de un grupo, buscar la normalidad para no sentirnos como anómalos/escéntricos.  

Invidualidad, sociedad, normalidad

La individualidad y los datos

Las reflexiones del filósofo surcoreano Byung-Chul Han arrojan luz sobre esta constante búsqueda de autenticidad en un mundo obsesionado con la diferencia. Byung-Chul argumenta que las personas se ven obligadas a autopromocionarse como auténticas debido a la presión de ser diferentes, lo que lleva a una autoexplotación que perpetúa «lo igual». En este contexto, la sociedad de los datos, donde todo se puede medir y, en consecuencia, parece homogéneo, plantea interrogantes sobre la pérdida de la autonomía individual y la creciente influencia de los algoritmos en nuestras vidas. 

¿Cómo podemos enfrentar este dilema? ¿Deberíamos desconectar de las redes sociales o dejar de compartir datos? Quizás necesitemos reevaluar el equilibrio entre nuestra individualidad y la pertenencia a la sociedad, al tiempo que exploramos nuevas formas de encontrar la autenticidad en un mundo obsesionado con la diferencia. Este será el camino hacia una vida más plena y significativa en esta era digital y dataísta.

Artículo publicado previamente en Digital Biz.

Antonio Crespo

CEO Eraneos Iberia

Automoción | Hospitality

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